A quien pueda
interesar.
Soy un ciudadano
de nacionalidad venezolana que llegó a Panamá ya hace 6 años. Escapaba en ese
entonces de la tiranía que mantiene aún hoy ahorcada a mi tierra natal. Para
aquel entonces ya había comenzado a haber tensiones entre los venezolanos y los
panameños, sin embargo, eso a mi no me afecto porque desde que llegué evite
imponer mi cultura y entender más la nacional, así como ignorar las cosas que
de acá pudieran no gustarme.
Hoy
en día tengo una novia panameña con la que llevo una relación estable y por
cómo vamos sé que formaremos una familia formalmente, aunque en el hecho ya lo
somos. Nunca he sentido que se me haya hecho un ataque xenofóbico de manera
directa, pero si tuve un incidente en alguna ocasión con una chica que conocía
por una de las plataformas o apps que usé en algún momento, decidí no prestarle
atención a su mención de mi nacionalidad, porque no tenía demasiado sentido.
Ahora bien, no
tengo porque ser el objeto de un ataque para sentirme en un ambiente demás
viciado en los últimos tiempos por la conducta que impulsa una persona que
ostenta un cargo público, la cual en vez de usar este para tratar y resolver
los casos de corrupción que afectan este país, nuestro hogar, se encarga de
hablar de reformas migratorias, en medio de una pandemia que daña todos los
días más negocios y a más familias que pierden sus trabajos.
El control
migratorio hacia los venezolanos existe ya desde hace tiempo, desde hace 4 años
aproximadamente, a diferencia de otros países como Brasil, Colombia, Ecuador,
Perú y hasta Chile, los venezolanos no podemos llegar a Panamá sino por avión,
lo que significa que no es como al parecer lo cree la diputada un país tan
accesible. Me gustaría que se pensará también en lo que cuesta un boleto de
avión entre Ciudad de Panamá y cualquier ciudad en Venezuela, son precios que
muchos venezolanos no pueden costear, además para poder llegar al Istmo se
necesita una visa, la cual no todos puede tener.
Yo en mi caso
particular, siento que la señora Zulay Rodríguez hace uso de la tribuna y su
curul en la Asamblea Nacional como un sitio en el que ella puede incitar al
odio y adherir más partidarios a sus filas y no como una contribución a su
país. Llamándonos venecos en las redes sociales, cuando se sabe que el
uso de este adjetivo es peyorativo para la diaspora venezolana. Haciendo
acusaciones contra personas que si de verdad no le importarán no las
mencionaría y menos aún usaría los argumentos de los regímenes de Maduro y
Chávez para inculparles. Esto último se vuelve tan absurdo como que algún
exiliado inculpado por las dictaduras que vivió Panamá se le viera como
culpable cuando en realidad es parte de la persecución política del Estado
dictatorial.
Una de las
declaraciones más curiosas es cuando la diputada dice que acá en Panamá las
cosas serán como en los E.E.U.U., lo cual me genera muchas preguntas, porque si
ella quiere llevar este pequeño país a esas ligas, debería por comenzar a
entender que en Estados unidos no hay limitaciones a muchas de las profesiones,
cosa que, si pasa en Panamá, y con esto no quiero decir que eso tenga que
cambiar, cada país es autónomo, pero comenzar a hacer comparaciones la deja a
ella mal parada. En el país del norte hay ahora leyes que ayudan a los
migrantes venezolanos a obtener “green cards” por 18 meses, ¿eso es lo que
quería decir la diputada? Se queja y habla mal de las regularizaciones
migratorias, pero el recién juramentado presidente de los Estados Unidos, John
Biden, regularizara a cientos de miles de indocumentados, ¿eso también lo va a
copiar? O, ¿es que, en el discurso lleno de odio y vacío de contenido real, no
se abordaron estas preguntas, simplemente se vocearon delante de las cámaras y
los compañeros diputados para conseguir aplausos y bitores? Podríamos seguir
con las preguntas y comparaciones, pero invito a quienes me leen a que las
hagan y las discutan y se las hagan llegar a la diputada.
Considero que la
diputada Rodríguez Lu debería concentrar sus esfuerzos en llevar a cabo
reformas en las leyes que ayuden a las familias a comprar una casa y no pagar
los precios de usura que buscan comprar las inmobiliarias, a hacer de
contralora del estado que ha despilfarrado el dinero en contratos de limpieza
de la asamblea, mascarillas, ventiladores, semáforos, entre otros. Los temas
que nos apremian en este país son varios, pero culpar al otro es mucho más
fácil, si tanto le preocupa la competencia desleal porque no se le hace
auditoría a los dueños de negocios que no contratan a panameños porque les sale
más caro o porque son unos tacaños que quieren siempre ganar más. Claro,
siempre es más fácil culpar a quienes por necesidad y desconocimiento toman
trabajos mal pagados.
Creo que la Sra.
Rodríguez debería ver la cantidad de extranjeros que han dejado el país, y no
solo venezolanos que se han ido, sino de otras nacionalidades, el volumen ha
disminuido y esto se debe a la afectación económica que ya afecta al país y que
la pandemia ha agravado. Yo como venezolano he visto como amigos míos se han
ido de acá a otros países, mi novia como panameña tiene amigos que se han ido a
otras latitudes por múltiples razones que conciernen al estado actual del país.
Yo tengo la
dicha de trabajar rodeado de panameños, personas que aprecio porque en mi
equipo de trabajo lo dan todo para que las cosas que nos apremian salgan a
flote, no me tratan como de afuera, como el extranjero, tampoco me llaman el
chamo, soy uno más, y así es como quisiera que fuera para todos mis
compatriotas que han visto en este país un sitio para vivir. A pesar de mi
situación privilegiada me incomoda sobre manera la forma en que es tratada mi
comunidad y todos los que con nuestro trabajo ayudamos a que Panamá no se quede
parado. Yo soy de los que aportó, cuando llegué acá di clases de inglés a
panameños, de español a extranjeros para que se integrarán en esta sociedad y
de alemán a panameños con parejas alemanas, panameños con ganas de ir a tierras
teutonas a estudiar y luego regresar a hacer patria.
Yo contribuyo,
construyo, yo como salchichas guisadas y arepas, yo no me enfrasco en un
discurso que hace lo posible por vernos como nosotros y los otros porque
eso ya lo viví porque eso solo personas siniestras lo hacen para llevar a cabo
sus planes. La historia está plagada de ejemplos, sean ustedes quienes los
busquen yo los tengo claro.
¿Y ustedes, que opinan?